Justicia climática

La justicia climática es un concepto que ha ganado relevancia en las últimas décadas, especialmente en el contexto de la lucha contra el cambio climático y la reducción de la huella de carbono.

Este término no solo aborda los aspectos ambientales del cambio climático, sino que también pone el foco en las implicaciones sociales, económicas y éticas que este fenómeno tiene en las comunidades de todo el mundo.

¿Qué es la justicia climática?

La justicia climática es un enfoque que considera el cambio climático no solo como un problema ambiental, sino también como una cuestión de derechos humanos y equidad social. Las comunidades más vulnerables, a menudo en países en desarrollo, son las que menos han contribuido al problema, pero son las que más sufren sus consecuencias.

De acuerdo con la definición del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la justicia climática busca garantizar que las políticas y acciones contra el cambio climático respeten los principios de equidad, justicia social y derechos humanos (PNUD, 2021).

¿Cuáles son los principios de la justicia climática?

La justicia climática se basa en varios principios que guían las acciones y políticas relacionadas con el cambio climático:

• Responsabilidad diferenciada: reconoce que los países y sectores que más han contribuido al cambio climático tienen una mayor responsabilidad para abordar el problema.
• Equidad intergeneracional: busca garantizar que las generaciones futuras no se vean perjudicadas por las decisiones actuales.
• Participación inclusiva: promueve la participación activa de las comunidades afectadas en la toma de decisiones climáticas.
• Acceso a recursos: asegura que las comunidades vulnerables tengan acceso a los recursos necesarios para adaptarse y mitigar los impactos del cambio climático.

La relación entre justicia climática y huella de carbono

La huella de carbono, que mide la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas por actividades humanas, es un indicador clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la distribución de estas emisiones y sus impactos no es uniforme. Aquí es donde entra en juego la justicia climática.

Los países desarrollados y las grandes empresas suelen ser responsables de una proporción significativa de las emisiones globales de carbono. Por otro lado, las comunidades más pobres, que tienen una huella de carbono mucho menor, son las que enfrentan los mayores riesgos, como el aumento del nivel del mar, sequías y fenómenos climáticos extremos.

Por ello, medir y reducir la huella de carbono no solo es una cuestión técnica, sino también una cuestión de equidad y justicia.

El papel de las empresas en la justicia climática

Las empresas tienen un papel crucial en la promoción de la justicia climática. Al medir y reducir su huella de carbono, no solo contribuyen a mitigar el cambio climático, sino que también pueden tener un impacto positivo en las comunidades más vulnerables. Algunas acciones clave incluyen:

• Transparencia: publicar informes de emisiones de carbono y estrategias de reducción.
• Compensación de emisiones: invertir en proyectos de compensación que beneficien a comunidades vulnerables.
• Colaboración: trabajar con gobiernos y organizaciones no gubernamentales para desarrollar soluciones inclusivas.
• Educación: concienciar a empleados y stakeholders sobre la importancia de la justicia climática y la reducción de la huella de carbono.

La justicia climática en el marco legal

A nivel internacional, el Acuerdo de París (2015) es uno de los instrumentos legales más importantes que incorpora principios de justicia climática. Este acuerdo reconoce la necesidad de apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos por mitigar y adaptarse al cambio climático, y establece mecanismos para la transferencia de tecnología y financiamiento climático.

En España, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (Ley 7/2021) también incluye elementos de justicia climática, como la promoción de energías renovables en comunidades vulnerables y la creación de empleos verdes. Además, herramientas como las certificaciones MITECO.

Beneficios de integrar la justicia climática en las estrategias empresariales

Integrar la justicia climática en las estrategias empresariales no solo es una cuestión ética, sino que también puede generar beneficios tangibles como:

• Mejora de la reputación: las empresas que demuestran su compromiso con la justicia climática pueden ganar la confianza de consumidores y socios.
• Acceso a financiamiento: muchas instituciones financieras priorizan proyectos sostenibles y socialmente responsables.
• Innovación: la búsqueda de soluciones climáticas inclusivas puede impulsar la innovación y la eficiencia.
• Cumplimiento normativo: adoptar principios de justicia climática puede ayudar a las empresas a cumplir con regulaciones ambientales y sociales.

Manglai y la justicia climática

La justicia climática es un concepto esencial en la lucha contra el cambio climático, ya que aborda tanto las causas como las consecuencias de este fenómeno desde una perspectiva ética y equitativa.

Medir y reducir la huella de carbono es una parte fundamental de este esfuerzo, y herramientas como las de Manglai pueden desempeñar un papel clave en este proceso. Al adoptar un enfoque de justicia climática, las empresas y los gobiernos no solo contribuyen a un futuro más sostenible, sino que también promueven un mundo más justo para todos.